Santiago, de variable rostro
cabeza blanca en fríos inviernos
mirada turbia antes de la lluvia
luminoso después de un aguacero.
Capital de dirigentes girasoles
niños habitando caletas
adultos de mirada perdida, vestidos de culto ropaje
cuando el Municipal abre sus
puertas selectivas.
En tus parques eres joven defensor de ideales
bebedor de cerveza y vino,
tu sentido social aflora en improvisados albergues,
que protegen al indigente del frío.
Eres corazón humilde madrugando buses,
espíritu cosmopolita entre las finas líneas del metro,
nobleza cultivada en estaciones
recicladas.
Santiago contrastas en cada esquina
la ciega altivez de un todo terreno sin sueldo máximo
con el malabarista de la vida sin
sueldo mínimo.
Opones a la bizarra solidez de las arterias que te inervan
Opones a la bizarra solidez de las arterias que te inervan
tanto evento en ruinosas avenidas.
Tu atmósfera, inundada de aires fatigosos
soplo insuficiente
no alcanza a mezclar los
olores de tu valle
con el aroma sibarita que cuelga de tus cerros.
Caminodesur