Para valorar la paz, que no se tenga que vivir una guerra.
TIERRA HERIDA
Otra vez tu piel se abre,
con el detonar de un racimo,
claman piedad tus moradores,
¿como puedes tolerar tanto?,
¿como tus cauces siguen vivos?,
¿como es eterno tu aguante?,
milenio tras milenio has padecido.
Te admiro y temo a tu enojo,
escondida tras mis párpados me agito.
Vuelven a sonar los misiles, otro hijo te es arrebatado.
Lloras, lágrimas de ruido,fuego, polvo nebuloso.
La tregua nuevamente, prometemos,
promesas del humano que equivalen a mentiras,
volvemos a herirte, a la noche la hacemos cómplice para cometer los delitos.
Bárbaros civilizados, somos,
¿Con qué nombre nos recordará la historia?,
ya pasaron moros y cristianos,
mongoles, hugonotes, cruzados,
cosacos, kamikazes, terroristas,
talibanes, sádicos, masoquistas,
toda la misma hipocresía
disfrazada con traje a la medida.
Un mismo origen tenemos
y devastamos todo lo que respira.
Allá, acá, en el mar o en el cielo,
destilamos veneno armamentista,
abuso de poder, corrupción, racismo,
matamos de hambre, desidia, indiferencia.
Días grises, aún con el sol en alto,
los ánimos cada vez más deprimidos,
mientras juegan ludo nuestra historia
los farsantes gobernantes del planeta,
nosotros simples caminantes de la vida,
vamos tratando de llenar nuestro vacío
al vaciar las grandes tiendas
sin poner oposición alguna
a éstas bajas y arrogantes tiranías.
María Pilar Obreque Briones.