07 marzo 2011

Sordera paradójica

Traté de imaginar el sentir de mi padre, aun con sus años está muy vital, bien, con mucha energía, buena salud, pero poco a poco su sordera a aumentado y no lo abandona el famoso tinnitus ese ruido al interior de la cabeza que no cesa jamás, poco a poco ésta limitación va dejando a las personas que lo sufre así  como a esta imagen,  es muy triste,  hay que buscar alternativas, en eso estoy para que tenga un mejor pasar,  el escrito a continuación,  es a raiz de lo que les acabo de contar.

                 
                      Monosílabos disonantes, monótonos, esparcidos en línea recta hasta mis   cansados oídos, agobiados de ruidos internos, risas externas,    de impiedad, de indiferencia, ironías  de dolores mundanos,  si,  no,  sino,  ¿si ?¿no?, ¡SI!, ¡NO!...  así,  a mis preguntas solo cortos y adecuados dúos de letras. 
                       Me fui internando en una carcaza,  de caminos circunvalatorios,   en donde no podía avanzar,  marcados nudos  me hacían saltar de unas  empinadas colinas,  quería explorar desde mi punto de vista un especie de quiasma  y me encontré con una cúspide,  que me botó a un peñasco lleno de laberintos y estrechos caminos con micro agujeros.   ¡Que lugar mas extraño! me detuve en un montículo y empecé a ver el viaje brillante de colectores nervioso, que no se apiadaban de mi en nada y mi viaje cada vez mas me pesaba,  busqué ansiosamente un lugar de descanso, encontré  un oasis lo divise como a un espejismo y  decidí  tirarme desde  un tobogán aponeurótico,  llegué hasta unos axones cremosos muy calidos. ¡Me senti bien!, pues se aclimataban a mi, pero, como todo lo bueno acaba tuve que continuar en la búsqueda de esta incomunicación conmigo y en la búsqueda de la causa de tanto ruido,  así  llegué a unos ventrículos húmedos esponjosos,  me atraparon con raíces de emociones, de equilibrio de madurez,  de comprensión de cognición,   ahí dentro del magma de lo intangible en esa sustancia  me ahogué.
                 ¡Quiero comprender  y aceptar!,  ¿podré algún día disfrutar del silencio externo,  lograré aplacar el ruido interno?.  ¡Oh Dios dame  la paz!, en ésta soledad dolorosa del silencio ruidoso,  quiero por fin ¡sentirme bien! a solas con mi ser, bien disfrutando de los sentidos que aun no se han roto en mi.


María Pilar

VERDAD O MENTIRA

                                 VERDAD   O MENTIRA   En un mundo de misterio color océano en días de tormenta invisibles púas ata...