Nota: La foto corresponde a otro episodio en la ruta unas vacaciones con mis hijos a fines del 2005, para ilustrar vale, ¿ya?.
El sábado recién por la noche de regreso del Congreso de la SOCH en la capital de Chile, y a mas o menos un tercio del recorrido, se atraviesa intespestivamente un perro, solo vi sus ojos brillantes seguido de un golpe, no pude hacer nada la noche estaba muy oscura y realmente imposible evitarlo. La sensación que queda es muy penosa, es un animalito al cual le quitas la vida. Después de los segundos de impacto siguió toda una situación tragicómica. Al detener el auto no encontrábamos al perrito, no estaba bajo las ruedas, cuando vamos a mirar con detención el frente del auto se había encajado con el golpe hacia un espacio bajo por delante del radiador como estampado, obviamente el radiador roto, el perro muerto y nosotros sin poder continuar el viaje. LLegó la ayuda de carreteras y nos decía que es muy frecuente este tipo de colisión, por desgracia anda mucho perro suelto y a modo de consuelo también agregaba que la sacamos barata pués muchas veces ha pasado que según donde impactas terminas los autos con el tren delantero destrozado y /o los autos volcados. Bueno después siguió lo habitual en estos accidentes, la denuncia ante carabineros, ante el seguro, debo agregar que todo muy expedito y rápido, asi pudimos continuar el viaje, el auto en un camión grua y nosotras en un taxi, llegando a nuestras casitas ( mi colega y compañera en este viaje), mas o menos a las 5 de la madrugada, así un viaje de 6 hrs, se alargó al doble, y todo por un perrito suicida.
M. Pilar O.