...En las tardes de domingo los faroles hablan,
los escaños duermen
las hojas de otoño
pasean fantasmas...
Entre las desiertas ramas florecen saudades, se siente el vacío en la mustia plaza.
Ecos de viento y lluvia transfunden las moradas.
En una esquina de ese centro, resalta una antigua casa,
de ventanas rosas, de visillos blancos, en su base las macetas estallan.
Su anciana habitante, la cortina aparta, el movimiento de su mano, sigue el compás que le marca la añoranza,
tras sus sienes habitan los recuerdos,
en sus ojos se retrata el universo.
de ventanas rosas, de visillos blancos, en su base las macetas estallan.
Su anciana habitante, la cortina aparta, el movimiento de su mano, sigue el compás que le marca la añoranza,
tras sus sienes habitan los recuerdos,
en sus ojos se retrata el universo.
Ella está a la espera,
hoy puede ser el día en que regresen los retoños
a rodear la vetusta mesa.
De pronto
percibe unos aromas
vienen desde el fondo, desde su cocina en marcha,
inhala fuertemente y se estremece.
ya, ve poco, mal escucha
sus movimientos lentos
la entristecen
màs sus sentidos desgastados,
potencian en ella el olfato.
hoy puede ser el día en que regresen los retoños
a rodear la vetusta mesa.
De pronto
percibe unos aromas
vienen desde el fondo, desde su cocina en marcha,
inhala fuertemente y se estremece.
ya, ve poco, mal escucha
sus movimientos lentos
la entristecen
màs sus sentidos desgastados,
potencian en ella el olfato.
Es su mayor motivo cuando llegan,
el atenderles con un rico plato de cazuela
una rica ensalada de tomates , rabanitos
y el pan amasado por la Nieves.
Ya estan de vuelta los nietos
con ellos en casa para la noble abuela
no hay otoño, no hay invierno
solo primavera y una bulliciosa calma.
M. Pilar Obreque
el atenderles con un rico plato de cazuela
una rica ensalada de tomates , rabanitos
y el pan amasado por la Nieves.
Ya estan de vuelta los nietos
con ellos en casa para la noble abuela
no hay otoño, no hay invierno
solo primavera y una bulliciosa calma.
M. Pilar Obreque