Hay amores que pueblan la copa de los árboles
hay amores, que flotan entre los átomos del aire
hay amores profundos abismales.
hay amores lisonjeros, terrenales.
Los hay amables cotidianos
los hay aguerridos soberanos
los hay inmaduros asfixiantes.
Podemos vivenciar uno
o una mezcla de ellos
o una mezcla de ellos
pero Dios nos libre
del amor narcisista, desleal, traicionero.
María Pilar