De tanto vivir lo no vivido
de tanto callar lo no callado
de tanto sentir lo que he sentido
mi fuente se ha deshidratado.
De tanto querer lo que no quise
me fui desarmando en mil rodajas
fui no creyendo en lo que creo
me fui agotando de migajas.
Reí risa de hiena
canté con voz de condenado
callé aullidos de esculturas
grité voces de candado.
De tanto invocar al cielo,
lo toqué someramente
de su cumbre fui lanzada
caí presa del rojo personaje.
Afloró de pronto mi ternura
sumergida en nuevo bautisterio
volé con alas sin tenerlas,
salté con piernas de misterio.
Me llené de escamas,
recorrí océanos
Después del oleaje
volví a donde sin ser yo era
por no haber sido lo yo que esperaba
para ser lo que quiero y lo que quiera.
Así la rueda vuelve a su engranaje
chirriando voy con ella en la carrera
en cada vuelta, grabo unas líneas
hasta que el libro de mi vida acabe.