Quizas hay muchos que puedan no entender mi Navidad en familia, cuando existe un miembro que ya está fuera hace 6 años más aun si ya todos mis hijos son mayores.
Las historias familiares son tan diversas como individuos que somos, las componemos y descomponemos por las causas que sean y con la cuota de dolor ineludible, pero pasada la crisis cuando ya cada actor sabe cuál es su lugar se puede celebrar el día más importante para los cristianos todos reunidos aun cuando el matrimonio en sí se haya roto.
Este año lo volvimos a pasar solos los 5 después de 7 años, fué realmente importante el haber dado el paso al ver a mis hijos como lo disfrutaron.
No hay señales equívocas, al contrario, cada día lo tengo más claro y asumido, fuí la que más me demoré en aceptarlo, asumirlo y superarlo y aun consciente de que ojala nunca nos hubiese ocurrido, la realidad es ésta, y no por no contar con un miembro importante los restantes días del año, dejamos de ser una familia feliz y queréndona mis hijos, mis padres y yo, donde siempre tendrá cabida quién llegue a nuestro hogar con los ojos mirándo de frente, las manos extendidas, el pensamiento abierto, el corazón palpitante de paz y su ser transparente, ¿muchos requisitos?, no, en realidad no son tantos, se resumen en uno Autenticidad.
Espero su Navidad allá sido igual de hermosa que la mía en que me siento más liviana pués he comprobado que me he sacudido de dolores pasados voy por la vida sin rencores, tratando de ir sembrando amores y confiada en la estrella que me guía.
M. Pilar O.