21 septiembre 2008

Entre dos aguas



Días atrás regresé, estaba todo en su lugar, parecía un retrato antiguo, todo quieto, espectral, tan solo un poco de polvo en los muebles, las celosías cerradas y las arañas de festín tejiendo sus telares, una atmosfera especial dentro de la vieja casona, ese olor a pasado, la luz macilenta envolviendo jarrones, desluciendo cortinas, y dando un aire de misterio donde los retratos colgados en las paredes no dejaban de observarme haciéndome sentir una intrusa.

Sentí tanta carga que decidí salir a recorrer el parque a llenarme de aire de luminosidad de vida, abrí la puerta trasera con un gran esfuerzo vencí su inercia, después de escuchar el ruido de elongación de sus bisagras como un gruñido de protesta, apuré el paso para disfrutar del jardín que recordaba, más, grande fué mi sorpresa cuando ví que el exterior también había sufrido el abandono, ya no estaban los estallidos de flores en los rincones, ni los senderos dibujados de arbustos, solo los árboles testimoniaban con su aspecto el honor de haber cumplido su ciclo, mostrando con orgullo sus arrugadas cortezas.

Vi belleza en ese paisaje, vi sabiduría, vi el honor del deber cumplido. Se afianzó en mi , el no aferrarme a las casas ni a las cosas, más si a degustar cada instante, saboreando las cicatrices que la experiencia de vivir deja.

Contrario a la impresión primera de tristeza, de abandono, al ver ese hogar desierto, me llené de alegría al comprender la importancia de los ciclos, al entender el engranaje entre un estado y otro, aun cuando media como catalizador el dolor, a veces la frustración, finalmente uno entiende que no puede ser de otra manera, el crecimiento conlleva el romper ataduras, el quebrar esquemas, el reinventarse cada día y el aceptar los cambios físicos que nuestro cuerpo experimenta, mientras nuestro espiritu se exalta.

M. Pilar O.

08 septiembre 2008

Incertezas

Soñé con mi casa en llamas
como un espectro sereno,
distante yo la miraba.
-.-
Se acabó la unión,
y el dolor fué supino
no se resignó esa herida al plano del olvido.

Se hacía presente como un barullo de especias
aparecía entre las sombras,
a veces dormida entre laureles se burlaba con risa desquiciada,
en medio de vigilia y sueño
seguía la imagen de mi casa en llamas.

¡Vencedor valiente!
quien logra arrojar el dolor por completo
¡vencedor valiente!
quien logra vivir sin esa espina.
¡vencedor valiente !
quien traza un camino entre brillos opacos.

¿Donde se generó el karma?
¿Fué falta de fe,
¿vidas ligeras?,
¿sobriedades vanas?.

En un punto de inflexión, me situo,
¿estaré cerca del destino?
¿será eso el fuego de mi sueño?
¿será esa la razón de mi delirio?

M. Pilar O.

VERDAD O MENTIRA

                                 VERDAD   O MENTIRA   En un mundo de misterio color océano en días de tormenta invisibles púas ata...