Para valorar la paz, que no se tenga que vivir una guerra. TIERRA HERIDA Otra vez tu piel se abre, con el detonar de un racimo, claman piedad tus moradores, ¿como puedes tolerar tanto?, ¿como tus cauces siguen vivos?, ¿como es eterno tu aguante?, milenio tras milenio has padecido. Te admiro y temo a tu enojo, escondida tras mis párpados me agito. Vuelven a sonar los misiles, otro hijo te es arrebatado. Lloras, lágrimas de ruido,fuego, polvo nebuloso. La tregua nuevamente, prometemos, promesas del humano que equivalen a mentiras, volvemos a herirte, a la noche la hacemos cómplice para cometer los delitos. Bárbaros civilizados, somos, ¿Con qué nombre nos recordará la historia?, ya pasaron moros y cristianos, mongoles, hugonotes, cruzados, cosacos, kamikazes, terroristas, talibanes, sádicos, masoquistas, toda la misma hipocresía disfrazada con traje a la medida. Un mismo origen tenemos y devastamos todo lo que respira. Allá, acá, en el mar o en el cielo, destilamos veneno armament
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ResponderBorrarPaso y leo tus letras, Me gusta tu poesía.
ResponderBorrarSaludos.
La muerte nunca deja un sabor agradable, aunque en algunos casos suponga un alivio, tras una prolongada enfermedad.
ResponderBorrarBesos mientras el viento silba sin pausa.
La muerte... tan temida para unos y tan llena de eternidad para otros.
ResponderBorrarQuerida Pilar:
ResponderBorrarMorir, es viajar por oscuros caminos buscando Universos de corazones fugitivos.
Morir, es correr hacia la brillante luz donde nos esperan nuestros dulces ausentes.
Morir, es sacralizar nuestras pupilas e impregnarlas del recuerdo de los amores que dejamos al emprender este viaje.
Morir, es dormir dulcemente, para despertar acunada por laudes que resucitarán
eriales de tiempo, en los que la felicidad era moneda corriente.
Inédito para tu blog
Lydia Raquel Pistagnesi
PD:
No soy de la Pàtagonia, pero en esos bellos lugares vive toda la familia de mi padre