Domingo de otoño en casa de la abuela
dedicado a la memoria de abuelita Mercedes ...En las tardes de domingo los faroles hablan, los escaños duermen las hojas de otoño pasean fantasmas... Entre las desiertas ramas florecen saudades, se siente el vacío en la mustia plaza. Ecos de viento y lluvia transfunden las moradas. En una esquina de ese centro, resalta una antigua casa, de ventanas rosas, de visillos blancos, en su base las macetas estallan. Su anciana habitante, la cortina aparta, el movimiento de su mano, sigue el compás que le marca la añoranza, tras sus sienes habitan los recuerdos, en sus ojos se retrata el universo. Ella está a la espera, hoy puede ser el día en que regresen los retoños a rodear la vetusta mesa. De pronto percibe unos aromas vienen desde el fondo, desde su cocina en marcha, inhala fuertemente y se estremece. ya, ve poco, mal escucha sus movimientos lentos la entristecen màs sus sentidos desgastados, potencian en ella el olfato. Es su mayor motivo cuando llegan, el atenderles con un rico plato de