El Raco
Alazán, campero, trotador de medialuna, trovador sin lira, cantor sin voz, de fuego es el relincho de tu corazón. En tu marcha, eres brisa, tempestad de verano, en tu galope, dulzura en tus grandes ojos y ternura cuando tu piel toco. Ejemplo de sabiduría y lealtad sin nombre en tu acoger del hombre cuando llevas su humanidad, a veces nada noble. Tu color, como el arrayán, aun esta vivo, tu estampa los años no la amainan tu nombre, Raco lo robaste al viento, brindando gloria a tu destino. Hoy, pasas tus días retozando, gozando del solaz de esas praderas hasta cuando emprendas tus corridas, Corralero, a las campiñas eternas. M. Pilar O.