En mi cumpleaños

Invité a la justicia
se puso traje de seda
con tanto brillo y suavidad
que todo le resbalaba
no la vi, fue como si no hubiese venido.

Invité a la esperanza
se vistió de blanco, ya no era lo mismo
se inventó una pose y se volvió formal
si vino, pasó inadvertida entre tanta etiqueta.

Invité a mi recuerdo, se tiñó de olvido
solo vive del futuro que reinventa cada día,
ya no más de lo mismo
se cansó, seguramente ocupó un rincón oscuro
no lo vi, ni siquiera sentí su olor.

Invité a la soledad, vino,
pero en compañía desaparece
y sola no esta conmigo
me deja a mí sin ella
es una invitada ingrata o talvez es muy tímida.

Invité a la alegría,
su risa contagiosa y desenfadada opacaba todo
los otros invitados se pusieron negros de envidia
la ignoraron.

Invité a la Vida
todos estábamos tan ocupados en
encontrar su sentido
que nadie notò su presencia
se pasó de largo.

No invité a la muerte
sin embargo
tácitamente estuvo presente
fue como siempre puntual
observó distante y decidió no quedarse
no porque no fuera invitada, eso para ella no es problema
siempre llega sin ser llamada,
pero un cumpleaños no le gusta para hacerse notar.

Al amor no lo tenía considerado
involuntariamente dado de baja
pensaba que a mi vera ya nunca más le vería
pero sin bombos sin platillos
se ha deslizado por la luz de la puerta
y ha hecho nuevamente sentir su presencia.
tan sutilmente, con tanta dulzura
que se ha ganado el sitial principal en la mesa
sin èl los invitados y yo
no somos nada mas que un monton de años y conceptos
contenidos en un saco de piel.

Caminodesur.